lunes, 29 de marzo de 2010

UN HUEVO DE PINGüINO

Parecía que el final de la travesía quedaba lejos, pero como todo el mundo sabe, el Tiempo no se toma días libres y siempre acude puntual a sus citas. Lo que ahora mismo nos toca, es poner punto final a esta terapia que nos ha tenido ocupados los últimos catorce meses. Escribimos estas líneas en la habitación del hostal. Canta Neil Young en el guettoblaster. Dice que está buscando un "golden heart" y que esta envejeciendo en el intento. Nosotros en este viaje hemos tenido más suerte que el viejo rockero y hemos conocido a unos cuantos "corazones de oro". Gente que nos ha dado cobijo, algo de comida o una taza de té caliente cuando más lo necesitábamos, otros viajeros con los que hemos compartido momentos inolvidables y de los que muchas veces ha sido duro despedirse e incluso personas con las que ni siquiera hablamos, pero que nos regalaron la mejor de sus sonrisas, que no es poco.

No podíamos despedirnos sin antes agradecer a todos los que os habeis tomado la molestia de enviar un correo o escribir un comentario dando ánimos. Pequeños detalles que ayudan (y mucho) a subir los puertos cuando el cuerpo o la moral andan flojos. A todos vosotros, eskerrik asko bihotzez!

Aunque Iñigo ha tratado de engañar a los médicos de mil maneras, no ha colado esta vez. El Abuelo recibe el alta médica y regresa a Babylon a principios de abril.
Aitor en cambio, ha tenido más suerte y seguirá recibiendo tratamiento indefinidamente. En un par de meses tendreis noticias del flaco en su andadura en solitario.

Antes de alargarnos, vamos a ir echando la persiana. Esperamos no haber aburrido mucho al personal con nuestros desvaríos y que si alguien se ha sentido ofendido por algún comentario fuera de tono (p.e. los enamorados de India, los madridistas, las monarquías, el clero...) decirles que esa era precisamente nuestra intención.

Por nuestra parte, nada más. Muxu haundi bat guztiontzako!

Aitor eta Iñigo

Bangkok 2010/03/29

"Si hace usted su correspondiente viaje de invierno, obtendrá su recompensa, siempre y cuando lo único que desee sea un huevo de pingüino"

Apsley Cherry-Garrard. (The worst journey of the world)

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